

Seguro que en algún momento has visto a alguien por la calle e incluso en la televisión, con esas tiras de colores pegadas en la piel, que parecen servir para todo y para todxs. Pues bien, aunque no es en sí mismo un tratamiento completo para tratar determinadas lesiones o patologías, pero sí que se ha demostrado que es un buen complemento al tratamiento rehabilitador llevado a cabo por tu fisioterapeuta para gran cantidad de situaciones.
El vendaje neuromuscular o Kinesiotape es un tipo de vendaje elástico, hecho de algodón, con una capa de adhesivo hipoalergénico, resistente al agua y con unas características muy similares a la piel humana, en lo que se basa en gran medida su efecto.
En el caso de lxs niñxs, utilizamos el mismo vendaje que en lxs adultxs, aunque el material es el mismo, las formas de aplicación, la tensión utilizada y las patologías sobre las que actuamos son diferentes y específicas. Por ello, para darle un uso adecuado y eficaz a esta herramienta se requiere de una formación especializada en el campo de la pediatría.
Las consideraciones más importantes para tener en cuenta son:
- El vendaje en los niñxs debe ser lo más minimalista posible, porque la excesiva carga de información a un cerebro en desarrollo puede resultar sobreestimulante y no dar el resultado deseado. Debemos tener en cuenta que lxs niñxs tienen la piel más fina que lxs adultxs por lo que la cantidad de información que transmite el vendaje desde la piel al sistema nervioso será muy importante.
- Deberemos priorizar cuál es la característica más susceptible de mejorar con esta técnica y la que va a tener mayor repercusión en la mejora global en la función del/la niñx.
- El objetivo del vendaje debe ir en completa coordinación con los objetivos planteados en terapia en ese momento concreto del proceso rehabilitador. Por este motivo en un/a mismx niñx puede estar indicada una aplicación diferente según la fase de recuperación en la que se encuentre o según el objetivo que sea prioritario en ese momento.
- El vendaje puede ocasionar reacciones alérgicas en la piel, por lo que siempre haremos una prueba con un pequeño trozo colocado en una zona sensible como el abdomen durante unos días para detectarlas.
- Se puede mojar, por lo que el niñx puede ducharse con normalidad, así como realizar terapia acuática. Deberá secarse de forma cuidadosa con una toalla sin aplicar calor directo, ya que esto provocaría una mayor adherencia de la venda a la piel.
Los beneficios de este vendaje, entre otros son:
- La capacidad de ayudar a modificar el tono muscular, aumentándolo o disminuyéndolo en función de la forma de aplicación.
- El efecto analgésico en caso de contracturas musculares.
- El efecto propioceptivo, de gran importancia en lxs niñxs, será como alargar el efecto de las manos del fisioterapeuta una vez acabada la sesión, en su día a día.
- El efecto sobre el sistema circulatorio y linfático, mejorando su circulación y aliviando edemas.
- La corrección articular, mejorando la postura y la función.
Pero yendo a lo que nos interesa, ¿en qué casos se puede utilizar en el campo de la pediatría?
- Alteraciones del tono muscular, como hipotonías e hipertonías.
- Alteraciones ortopédicas, como desalineaciones en miembros superiores o inferiores y raquis (recurvatum de rodilla, subluxación de rótula,hombro antepulsado…)
- Déficits en la manipulación, facilitando una mejor postura del miembro en general y de la mano en particular, llevándola a una posición más funcional.
- Falta de experiencia de movimiento, ayudando a una mejor integración sensorial.
- Alteraciones digestivas y respiratorias, como estreñimiento, reflujo gastro-esofágico, disfunciones del diafragma, asma…
- Dificultades en el control del babeo o en la deglución y fonación.
- Lesiones traumatológicas, como esguinces y tendinitis.
- Mejora en la cicatrización de úlceras y flexibilización de cicatrices.
Es este caso en concreto, el vendaje neuromuscular está ayudando al bebé, afectado por una Parálisis Braquial Obstétrica, a mejorar su manipulación. Por su lesión del plexo braquial, presenta una postura en pronación del antebrazo y falta de extensión de muñeca, lo que le dificulta un adecuado agarre de los objetos.
Con esta combinación de vendaje ha ganado supinación activa y ha mejorado el agarre y la suelta de objetos. Ayudamos a aumentar la presencia de esa mano en su esquema corporal, a los músculos más débiles a activarse y aprender a funcionar, y también evitamos deformidades a largo plazo por descompensaciones musculares.
Como podéis ver es una herramienta muy útil para la fisioterapia infantil, que empleada de forma adecuada, puede ser un buen complemento en el proceso rehabilitador del niñx.
Irene López Amorós
Fisioterapeuta Pediátrica