¿Qué es?
Es el proceso a través del cual escuchamos con empatía, aceptamos sus sentimientos y dotamos de modos de canalización al niño y/o adolescente.
¿Cómo se lleva a cabo?
Aceptando sus sentimientos, es decir, se permite al niño o niña que experimente sus emociones sin juzgarlo, sin intentar dirigirlo, dejándole sentir lo que vive, ayudándole a identificar, a aceptar y a comprender lo que pasa dentro de él.
Para poder aceptar los sentimientos del niño primero debemos aprender a escucharlos, lo que significa entenderlos desde su punto de vista a través de la escucha activa.