Hoy os venimos a hablar de la sexualidad como parte de la vida desde que nacemos.
Hace años, el hablar de sexualidad era un tema tabú que “con suerte” se iba regateando con historias fantásticas hasta que llegaba la adolescencia. Era entonces cuando ese/a chicx sólo sabía aquello que le habían contado, había experimentado o visto por él/ ella mismx en fuentes distorsionadas.
Por suerte, en la actualidad se sabe de la importancia de tener una buena educación sexual por varios motivos:
– Tienen derecho a saber de dónde venimos sin edulcorantes, con explicaciones adaptadas al razonamiento del niñx. Aquello de “te trajo la cigüeña”, “papá puso una semillita” y similares, ya pasó a mejor vida.
Entonces, ¿cómo lo abordo?
Contándole la verdad. Hablándole del método por el que fue fecundadx de la forma más honesta posible.
Ponemos el ejemplo de una pareja heterosexual que explica a su hijx de 3 años cómo llegó a la barriga de mamá: Podemos hablar de que mamá y papá se quieren mucho y hay veces, que les apetece acariciar el cuerpo del otro expresando su amor. En este momento, el pene de papá y la vagina de mamá se juntan, sintiendo tanto placer, que por el pene de papá sale un líquido que lleva millones de renacuajos diminutos, que se llaman espermatozoides, y cuando uno de estos llega dentro de mamá y alcanza su ovario, algo parecido a un huevo, empieza a crecer un bebé dentro de ella. Durante 9 meses el bebé crecerá y crecerá hasta que la barriga de mamá se quede pequeña y necesite salir al mundo exterior.
¿Hemos contado todos los detalles? No. ¿Hemos mentido? Tampoco. Hemos adaptado la información.
– Conocer y aceptar nuestro cuerpo. Llamando a cada órgano por su nombre y sabiendo que sea como sea está bien. Es importante desmontar desde la primera infancia el estereotipo de belleza que los medios de comunicación siguen ensalzando. Cada cuerpo es único y bello en su singularidad.
Y, ¿cómo lo consigo?
Si la oreja se llama oreja, ¿se nos ocurriría llamarla piedra? Qué sinsentido, ¿no? Entonces si la vulva se llama vulva, y el pene se llama pene, ¿por qué nos empeñamos en llamarles de otra forma?
A cada cosa, por su nombre.
Además, debemos esforzarnos por no emitir juicios sobre su cuerpo, sólo de esta forma no lo hará él /ella.
– Saber que el placer lo sentimos todxs y es natural el querer disfrutar de él. El cómo hacerlo para que sea saludable y respetuoso, no sólo con otra persona, sino con unx mismx.
¿Cómo le voy a hablar sobre masturbación?
De la forma más natural posible. Es otra forma de que nuestrx hijx conozca su cuerpo y sepa cómo tratarlo de la mejor manera posible. Darle unas orientaciones sobre dónde y cómo hacerlo para garantizar su salubridad, es indispensable y sobre todo, no reprimiendo.
– Conocer y poner límites a otras personas, expresando lo que me gusta y lo que no. Saber qué zonas son íntimas y, por tanto, tienen un trato diferente.
¿De qué forma puedo ayudarle a poner límites?
Desde que nace, respetando sus decisiones, haciéndole conocedor/a de que su cuerpo es suyo y sólo él /ella responde sobre él. Sabiendo que hay algunas partes íntimas (pecho, culo, genitales) que no se pueden enseñar en público ni tampoco tocar en cualquier lugar. Además no se puede tocar estas partes a otra persona sin su consentimiento expreso.
– Derribar mitos sobre el amor romántico y el modelo heterosexual tradicional de pareja.
No necesitamos a nadie para sentirnos completxs. Si comparto mi vida con alguien, será porque así lo he decidido yo desde mi libre voluntad.
Y, ¿cómo lo abordo para hablarle sobre la diversidad sexual?
Normalizando que cualquier combinación entre personas es posible y válida. Que cada persona por sí misma es un todo y que si decide compartir la vida con otra persona, es porque esta pareja siempre suma, le hace sentir querida, valorada y sobre todo, respetada.
Esperamos que esta información os haya servido de ayuda y, si necesitáis una orientación más dirigida a vuestro caso particular, nos podréis encontrar a través del correo info@espaciocreas.com o del teléfono 865522955.
Lorena Solbes Gálvez
Psicopedagoga experta en acompañamiento respetuoso
Nº Col. COPYPCV 1055