La situación vivida estos últimos meses nos ha traído imágenes muy diferentes a las que estábamos acostumbrados a ver en las Unidades de Cuidados Intensivos de los hospitales. Muchos sanitarios se han visto enfundados en equipos de protección, y entre ellos el/la fisioterapeuta, y esto, hasta hace un año, no era algo habitual.
Es por ello, que la población está viendo y viviendo otra realidad. Lxs fisioterapeutas están muy presentes en diferentes ámbitos, no sólo ayudando a los pacientes a mantener y recuperar su movilidad y su fuerza muscular después de periodos encamados, sino también a través de la fisioterapia respiratoria que tanto ha hecho falta en este último periodo.
La fisioterapia respiratoria es una rama de la fisioterapia que se encarga de prevenir y tratar las patologías respiratorias ayudando a disminuir las recidivas, acortando los tiempos de recuperación, los ingresos hospitalarios y la medicalización, y mejorando la calidad de vida de niñxs y adultxs con estas alteraciones.
Pero ¿de qué patologías hablamos exactamente?, ¿Cuáles son aquellos casos que pueden beneficiarse de la fisioterapia respiratoria, y más concretamente, en el campo de la pediatría?
Las más comunes podrían ser:
- Bronquiolitis, bronquitis, neumonías.
- Procesos catarrales.
- Asma y fibrosis quística.
- Patologías severas de la columna vertebral como cifosis o escoliosis.
- Enfermedades neuromusculares como la Distrofia muscular de Duchenne o la Atrofia Espinal.
- Y de forma indirecta, mejoramos los problemas de sueño y alimentación derivados del exceso de secreciones.
Desde el nacimiento hasta la edad adulta, son muchos los momentos de la vida de lxs niñxs en los que la fisioterapia respiratoria puede ser de gran ayuda, ya sea de forma puntual ante un proceso agudo, como acompañando al/la niñx y su familia en procesos crónicos.
¿Y de qué manera ayuda? ¿Qué conseguimos mejorar?
Pues principalmente actuamos sobre dos aspectos: por un lado, la limpieza del árbol bronquial, ayudando a la eliminación de secreciones, es decir, sacando moco; y por otro, mejorando la forma en que respiramos, fortaleciendo los músculos implicados en la respiración y practicando diferentes “maneras de respirar”.
Para conseguir estos beneficios, utilizamos técnicas basadas principalmente en modificar el flujo de aire que entra y sale de nuestros pulmones al respirar, pudiendo acelerarlo y alargarlo al salir para arrastrar el moco. También podemos aumentar la cantidad de aire que entra por la nariz, por ejemplo, para drenarla o para poder llevar el aire a la zona del pulmón que más necesite oxigenarse. Para ello se utilizarán técnicas manuales aplicadas por el profesional o con ayuda de diferentes aparatos específicos.
Técnicas como el clapping, basado en golpeteos en la caja torácica para despegar el moco, están obsoletas y lejos de ayudar, pueden producir daños. Así que os recomendamos dejarlas en el pasado y acudir a un fisioterapeuta especializado y actualizado.
El lavado nasal
A modo práctico, explicamos a continuación algunas consideraciones importantes a la hora de utilizar una de las técnicas básicas de la fisioterapia respiratoria, y que, además, utilizáis también como padres y madres, el lavado nasal:
- Material: monodosis de suero, sería más para bebés, ya que es poca la cantidad; jeringuilla con suero, para bebés y niñxs más grandes; duchas nasales, para niñxs a partir de 5 o 6 años y adultos; y sprays comerciales, con menor efecto de arrastre, pero útil para hidratar las secreciones y facilitar su expulsión.
- Líquido a utilizar: normalmente suero fisiológico, pero también podemos usar líquidos hipertónicos, comerciales o caseros como el agua de mar, que en casos de inflamación (como en las alergias) puede ayudar a desinflamar la zona.
- Templar el líquido antes de su uso, por ejemplo, debajo del grifo de agua caliente, para que sea más agradable.
- Postura del niñx: bebés tumbados boca arriba y la cabeza ladeada o de lado, con el fin de que el líquido arrastre las secreciones de la narina superior hacia fuera por la narina que queda abajo. En niñxs de más edad, podemos hacerlo sentados, con la cabeza inclinada hacia delante e igualmente ladeada.
- ¡Muy importante! No ejercer presión con la jeringuilla o la monodosis. Debemos crear un flujo de líquido continuo y sin presión, evitando los típicos chorros a presión, ya que pueden resultar perjudiciales.
- Evitar el uso de aspiradores o peras.
Esperamos que esta información os sea útil con vuestrxs peques. Si tenéis cualquier duda, no dudéis en contactar con nosotras. Vuestrx fisioterapeuta os puede ser de mucha ayuda en estos meses de invierno ?.
Irene López Amorós
Fisioterapeuta Pediátrica